Foro de Abejas Nativas en Yucatán, aliadas para cuidar la vida.
Una de las actividades principales de Slow Food México es propiciar espacios para difundir, compartir experiencias y dialogar sobre asuntos relacionados a la alimentación. Por esto la red siempre está en busca de generar alianzas con universidades, instituciones, fundaciones, asociaciones y organizaciones para poder trabajar en equipo, y en conjunto generar acciones que preserven la biodiversidad promoviendo una alimentación buena, limpia y justa.
Fue así que Slow Food México junto a la Universidad Autónoma de Yucatán, y la Escuela de Agricultura Ecológica U yits ka’an organizaron el Foro de Abejas Nativas: una visión Actual, el pasado 30 de octubre, en el marco del III Seminario de Agroecología “Dr. Iván René Armendáriz Yáñez” en la ciudad de Mérida.
Pensar en las abejas es pensar en lo que nos contiene
Se dio apertura al foro con las palabras de funcionarios públicos, profesores e investigadores. Se manifestó una inquietud general por poder debatir en torno a las formas de producción masivas e invasivas que usan agroquímicos y envenenan nuestro ambiente. Se identificó la necesidad de conocer y reflexionar sobre las formas de producción agroecológicas, donde se conjunta el conocimiento de las funciones de los ecosistemas y los servicios sanitarios, que brindan las formas de control biológico y los saberes tradicionales. Se exhortó a fortalecer la agricultura contra las amenazas del uso del glifosato, reforestar con flora endémica los terrenos que han sido devastados por una agricultura intensiva, para recuperar la tierra y a su vez ayudar a las abejas nativas, especies que se encuentran en peligro.
La abeja Uruçu Amarela une dos pueblos
La primera ponencia estuvo a cargo de Jerônimo Kahn Villas-Bôas, Ecólogo y maestro en Gestión Ambiental, defensor de las mieles de abejas nativas brasileñas y de sus subproductos. Socio activo de la red Slow Food Brasil, quien visitó México para convivir y compartir experiencias entre meliponicultores mayas de Yucatán y nahuas de la Sierra Norte de Puebla.
Expuso «Meliponicultura, conservación ambiental, cultura y generación de ingresos: una experiencia con pueblos indígenas de Brasil«, donde habló de los pueblos Guaraní y Tupiniquim, habitantes de un mismo territorio, que les fue despojado por una empresa dedicada al cultivo intenso de eucalipto, y años después, por decreto gubernamental se les devolvió el territorio, pero en condiciones devastadas a causa de los acuerdos que se hicieron, otorgando a la empresa permiso para retirar todos los árboles de la zona. De esta manera durante 20 años, estos pueblos han luchado por conservar su cultura en precarias condiciones. Fue en este contexto que hace 5 años nació el proyecto “Programa de sustentabilidad Tupiniquim y Guaraní”, donde desarrollaron actividades de restauración forestal, difusión de sistemas agroecológicos y activación de la meliponicultura, pensado dentro de un eje ecológico-económico, a la par de un eje cultural-institucional, que dio apoyo desde las instituciones a colectivos de jóvenes, mujeres y profesores, junto con asociaciones y cooperativas.
Sobre las abejas nativas sin aguijón, Villas-Bôas compartió que en aquel tiempo, llegó a hablar con las personas ancianas de las comunidades, ellas le decían “teníamos abejas, teníamos la costumbre de cosechar y comer la miel pero hoy no hay más, las abejas están extintas por culpa del eucalipto”. Para esos pueblos la abeja importante es la Uruçu Amarela, como la abeja Xunan Kaab en la península de Yucatán, así que tuvieron la inquietud de recuperarla.
Su desafío inicial fue encontrar colonias de abejas, ya que no existían en la región. Cerca de aquel territorio, encontraron 24 colonias de diferentes productores. Fueron 12 voluntarios de tres aldeas diferentes quienes se sumaron a este proyecto, aunque con desconfianza por los antecedentes del contexto, instalaron 3 meliponarios matrices, uno en cada aldea, con 8 colmenas en cada uno y se transfirieron las colonias a un modelo de caja estandarizada. De esta manera se empezó un proceso de división y multiplicación de colonias para que otras familias pudiesen posteriormente ingresar en la actividad. Después de un poco más de un año, en 2014, ya se tenían 106 colonias para donar a familias, con esto fue posible la creación de 17 nuevos meliponarios y se siguió multiplicando. En 2015 se hizo la primera cosecha experimental con las tres primeras familias, se cosechó un promedio de casi 5 kilos de miel.
A partir de esto, observaron la viabilidad de la meliponicultura para la producción de miel y con potencial para generar ingresos. Fue a través de esta actividad que se propició un rescate ambiental y cultural, pensando en la subsistencia sin expectativas comerciales. Sin embargo, hoy en día son 60 meliponarios y por lo tanto se empezaron a reunir en asambleas para deliberar sobre la comercialización, los precios de productos, estrategias de ventas y la creación de una cooperativa que tuviera una marca para comercializar la miel: TUPYGUÁ, nombre que hace referencia a los Tupiniquines y Guaraníes, unidos trabajando en el estado de Espíritu Santo en Brasil.
A pesar de una gran sequía, con poca producción, se pudo desarrollar un perfil de producto para comercializar y un estudio de mercado. Ahora se produce miel fermentada y miel refrigerada, esto para atrasar la fermentación. También se manejan mieles de tres ecosistemas diferentes, no son mieles mono florales. En el ecosistema Tabuleiro, hay bosques más húmedos y nativos de la zona, en el Restinga la vegetación es más baja, está cerca del mar y en Capoeira existe una vegetación colonizadora, no endémica, donde se encuentran eucaliptos.
Esta experiencia representa una gran recuperación de abejas, sus ecosistemas y del trabajo de la meliponicultura.
La abeja Pisilnekmej en el laboratorio
Después se dio la palabra a Tania Guadalupe García Guerra, Química Farmacobióloga con especialidad en Tecnología de Alimentos, maestra en nutrición y biotecnología alimentaria. Coordina el proyecto Tosepan Pajti: Salud para Todos, de la cooperativa que forma parte de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, quienes a su vez resguardan el Baluarte de la miel de abejas nativas sin aguijón Pisilnekmej de la Sierra Norte de Puebla (Scaptotrigona mexicana). Su ponencia fue “Propiedades cosméticas y medicinales de la miel, cera, polen y propóleos de Scaptotrigona mexicana”.
García Guerra compartió que empezó su línea de investigación para beneficio de productores de miel. Son un grupo de 250 meliponicultores, que forman parte de la organización Tosepan, los grupos que lo conforman son indígenas nahuas y totonacas. Anteriormente la actividad era desarrollada por personas mayores, se recobró para recuperar la cultura y cosmovisión de la región en torno a la meliponicultura.
Tania Guadalupe expuso todo el proceso que tuvieron que hacer para organizarse y poder tener un estándar de comercialización de la miel, polen, propóleo y cera. En la cooperativa se sirven de la asamblea para dar información sobre lo que sucede en el laboratorio y dar a conocer proyectos, donde se pueda participar como grupo. Es el único laboratorio de miel de abeja nativa que existe a nivel nacional, gestionado con varios apoyos. En él se realizan cosméticos como jabones, shampoos, pomadas y cremas. Esto se pensó para impulsar la creación de cadenas de valor, con asistencia técnica para el acopio, transformación, ventas y comercialización que permita generar mayor beneficio económico para socias y socios.
Presentó los beneficios que encontraron en cada subproducto. Al hacer pruebas se llegó a la conclusión que la cera tiene propiedades cicatrizantes y la usan para sus pomadas. Del polen hicieron análisis nutricionales y estudios de cada zona de acopio, se dieron cuenta que en la zona alta el polen tiene más cantidad de grasa y menos de proteína, lo relacionaron con la falta de sol y presencia de frío, por lo que las abejas necesitan más reservas energéticas y también la fibra aumenta. Decidieron mezclar el polen de las diferentes zonas en sus cápsulas, para que todas tuvieran las mismas propiedades. Se venden como complemento alimenticio y se recomienda tomar antes de los alimentos por el contenido de fibra. El estudio del propóleo reveló por diferentes métodos, que es fungicida del hongo que produce la tiña corporal, por esto hacen tinturas y lo utilizan en la elaboración de su shampoo. En los estudios microbiológicos de las mieles descubrieron que la miel cuando empieza a fermentar, en una semana tiene 100 levaduras de la propia abeja, a los 6 meses sube a 297 levaduras y después de un año se estabiliza. De esta forma, dentro de la cooperativa han desarrollado normas de higiene y calidad siendo un ejemplo para otras asociaciones.
Hacer el Bien
Se dieron dos ponencias más en un auditorio en donde el público tuvo que sentarse en el escenario porque todos los lugares y las escaleras estaban ocupadas.
“Entre la ciencia y la sabiduría: propiedades nutricionales y medicinales de la miel Melipona”, fue expuesta por el Ingeniero Bioquímico, Luis Adalberto López Tuyub, quien es asesor de calidad del Baluarte de miel de abeja melipona Xunan Kaab de la península de Yucatán, con sede en la Escuela de Agricultura Ecológica, Uyits Ka´an. En su ponencia compartió diferentes testimonios y entrevistas realizadas a abuelas, abuelos y meliponicultoras indígenas mayas de la península de Yucatán, sobre cómo usan la miel para curarse y sobre cómo la experiencia a través del tiempo se volvió una herencia que se valora y se resguarda. López Tuyub también presentó el resultado de los análisis de la miel de la abeja Xunan Kaab reforzando desde la ciencia lo que nuestros ancestros entendieron fuera de un laboratorio.
El Dr. Luis A. Medina Medina, del Departamento de Apicultura, CCBA –UADY, nos sorprendió con su ponencia “Plagas y predadores que afectan a las abejas nativas sin aguijón”, quien expuso ejemplos puntuales de lo que hacen los predadores a las abejas nativas y cómo el uso adecuado de las colonias y su limpieza pueden controlar las plagas. Un punto importante que trató el Dr. Medina fueron las enfermedades, parásitos, hongos, bacterias, virus, que afectan a las abejas melíferas, el contacto que pudiera tener la abeja introducida con la abeja nativa es un foco de amenaza. Las preguntas del público enriquecieron aún más la ponencia.
Para finalizar el foro se realizó la proyección del video: Hacer el Bien, de la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an y se presentó la descripción de la producción de miel de abeja melipona en los códices mayas por parte del grupo de epigrafistas de la región de Maní.
Así los objetivos se cumplieron, el público asistente salió rebosante de maravillas del universo de las abejas nativas sin aguijón, inspirado por tantas personas dedicadas a cuidar de quienes nos alimentan.
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