Mopampa: empresa de economía social y solidaria creadora de sueños colectivos
“Mi mamá me ha enseñado a romper paradigmas, de ella aprendí primero que nada la valentía, la admiro porque se atrevió a hacer cosas que para las mujeres están completamente prohibidas. En un contexto indígena como el nuestro ni siquiera te atrevas a soñar, a estudiar o a tener una empresa porque no hay posibilidades”
Dalí Nolasco Cruz
Por Karla List
Hoy a Mopampa la conforman 13 socias indígenas nahuas en la Sierra Norte de Puebla, tiene como propósito empoderar a quienes la constituyen para que tengan la posibilidad de ejercer sus derechos, como tener un empleo bien remunerado y ser autónomas. Las socias cultivan de manera agroecológica el chile serrano y además lo transforman en diferentes tipos de salsas para generar una alternativa económica de ingreso para mujeres rurales e indígenas.
Las acciones de Mopampa se centran en el impulso de un proceso de producción agroecológica para rescatar y revalorar el chile serrano, producción sin pesticidas, ecotecnias aplicadas al proceso productivo y generación de alianzas estratégicas con otras empresas sociales y organizaciones.
La empresa nació en 1992 bajo el nombre de Seltsin. “La inició mi mamá con un grupo de mujeres que se organizaron para pedir préstamos para la producción de chile serrano, bajo este esquema estuvieron trabajando por varios años hasta que en el 2007 el precio del chile se vino abajo, por 50 centavos el kilo a los productores no les convenía ni siquiera ir a cortar, por lo que la producción se quedó en el campo. En la iniciativa de buscar alternativas y con el apoyo de mi hermana Rubí quien también es iniciadora del proyecto, recibimos la visita de un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Xicotepec. Los jóvenes les enseñaron a hacer productos varios: mermeladas, chiles en vinagre, shampoos con la finalidad de generar alternativas de ingreso económico a las familias, ya que las socias del grupo debían pagar las deudas”, cuenta Dalí Nolasco Cruz, quien es hija de una de las socias fundadoras y líder del Convivium Slow Food Tlaola Kukuk.
Dando valor agregado
Cuando los jóvenes visitaban las casas de las familias, éstas les invitaban las salsas secas del chile serrano, de cacahuate o ajonjolí. “La salsa seca es muy tradicional, nuestros antepasados la elaboraban para garantizar que tuvieran chile durante el resto del año; fue entonces que los jóvenes se percataron de otra alternativa de negocio para las socias”.
Dalí Nolasco cuenta que bajo el nombre de Seltsin y con la intención de darle valor agregado al producto con el que se contaba, se organizó un concurso de la salsa más sabrosa, la mejor receta. En el 2007 iniciaron sus primeros pasos como empresa con 5 variedades de salsas, las bautizaron con el nombre de Chilsec. Por cuestiones legales tuvieron que cambiar el nombre de la empresa a Mopampa en el 2013, nombre que tras varios acuerdos legales se quedó también para la marca.
Al darle paso a Mopampa iniciaron la producción a una escala mayor. “Decidimos compartir la marca con otras compañeras por eso hoy en día a Mopampa la constituyen 13 productos (entre salsas, mermeladas, mieles). Las más vendidas son las salsas secas de chile serrano, coincide que éste es Baluarte Slow Food México, es muy picante y es el más solicitado”.
El proyecto del buen vivir
De acuerdo a Dalí, “Mopampa tiene un significado importante para las mujeres que la constituyen, les permitió darse cuenta que podían ser creadoras de sueños colectivos. Para nosotras es un proyecto del buen vivir, nos conecta con nuestro lado indígena, con nuestros ancestros, nos permite acceder a nuestros derechos, a entablar alianzas de trabajo con otras mujeres. Hicimos de Mopampa una marca colectiva, creamos esta empresa y le pusimos Mopampa que en náhuatl significa por ti, “por ti” ofrezco un producto de calidad, “por ti” pongo en tus manos un producto que al probarlo te va a remontar a la salsa de tu abuela, bisabuela”
Mopampa, empresa de economía social y solidaria es quien organiza la compra del chile serrano en la región de Tlaola para transformarlo en salsas secas artesanales. “Los chiles que nosotros usamos para las salsas son los últimos cortes, así que los agricultores pueden vender su producto en verde que es el que le interesa al intermediario. El chile rojo se cosecha en junio, éste secado bajo el sol y tostado es destinado a consumo familiar; pero con la intención de generar un ingreso adicional en la economía de los productores utilizamos ese chile rojo que el mercado común no consume y lo transformamos. Aseguramos el abasto de salsas todo el año porque éste se mantiene seco sin que se apolille o se eche a perder y podemos elaborar hasta 2 mil frascos de salsas a la semana”.
La Educación alimentaria de la mano de Slow Food
“En 2008 conocimos la filosofía Slow Food, misma que encajaba totalmente con nuestros intereses. “Nosotras también creemos que todos los seres humanos en el planeta tienen el derecho de tener acceso a una comida buena, limpia y justa como lo dice la filosofía Slow Food”. El Baluarte nació en el 2016 en el marco del proyecto Slow Food y red de Terra Madre en México: Acciones y proyecciones en la lucha contra la pobreza rural y la desigualdad a través de la promoción y puesta en valor del patrimonio local de alimentos”.
“En Mopampa nos interesa que nuestros sabores ancestrales se recuperen, en la actualidad nos estamos enfrentando al tema de semillas transgénicas, porque si llega una semilla de este tipo a nuestra comunidad, va a poner en riesgo nuestra biodiversidad”, remata Dalí.
Desintoxicación del chile serrano
Mopampa tiene un proyecto de producción de chile serrano orgánico desde hace tres años, por ello cuentan con un invernadero para su producción. “Queremos asegurarles a los productores una producción alta, pero sin el uso de agroquímicos”.
El interés surgió a raíz de darse cuenta que los productores iban a comprar semillas a otros municipios lejos de Tlaola, mismas que ponen en riesgo la semilla nativa. “Debido también a que las semillas se acostumbraron al agroquímico, además de rescatarlo también lo desintoxicamos. Sustituimos el uso de agroquímicos por abonos orgánicos. La planta también se tiene que acostumbrar al nuevo modelo de producción. Este es el tercer año que hacemos el proceso de limpia, y poco a poco hemos visto mejora en los rendimientos”.
Rescatar sabores, potenciar la economía local
Dalí va más a fondo: “para la elaboración de nuestros productos hemos entablado alianzas con otras pequeñas empresas, y con productores. Por ejemplo, con las mieles aromáticas nos hemos vinculado con redes de alimentos que existen dentro de Slow Food México (linaloe, Vainilla de Chinantla).
Para la creación de nuevos productos (mieles, aderezos, mermeladas) recibimos apoyo de diferentes universidades. Con el programa de servicio social Ibero Puebla obtuvimos el culi y la compota (aderezo de zarzamora, miel y toque de chile serrano). La Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) tiene un programa que nos permite postular a los hijos de socias para acceder a educación universitaria. Uno de los egresados es ingeniero agrónomo, y fue quien inició el proyecto de rescate de la semilla criolla de chile serrano para convertirla en una semilla orgánica. Otro estudiante de la misma universidad de la carrera de gastronomía ha hecho mejoras significativas a la compota y al culi. La miel que utilizamos la trabaja un apicultor esposo de una socia de Mopampa, que anteriormente y por su calidad la exportaba a Alemania. La idea de la producción de mieles aromáticas vino de un Chef de la red Slow Food México.
En la Ibero aprendí sobre el tema de economía social y solidaria, con la premisa de que las empresas debemos generarnos redes y activar nuestras propias economías. Por ello colaboramos y propiciamos de esta forma con una red de comercio justo. Con el apoyo de Slow Food en la ciudad de México estamos iniciando la distribución de nuestros productos en el mercado”.
Romper creencias y paradigmas
Mopampa tiene interés particular en empoderar a las mujeres que la conforman. “Decir que somos empresarias también nos ha costado mucho trabajo. Mopampa nos han obligado a romper creencias y paradigmas. Por las exigencias del mercado nos hemos preparado en temas como: formación del capital humano, derecho, equidad de género, empresas de economía solidaria, producción sustentable.”
“Trabajamos para mejorar la organización comunitaria, lograr la inocuidad del producto y diversificar las presentaciones, para poder participar mejor en el mercado y elevar los ingresos de las mujeres. Mopampa se ocupa de involucrar a las mujeres socias de la empresa, a la comunidad en general, también a nuestros hijos los adentramos en actividades varias pero desde la perspectiva de la educación popular”.
“Sentimos un gran compromiso hacia la tierra que nos sostiene, por ello practicamos la permacultura, es decir, le devolvemos a la tierra lo que tomamos de ella. Debido a que Mopampa está a orillas de la comunidad y no tenemos servicio de agua potable ni drenaje, hacemos captación de agua de lluvia, tenemos una planta tratadora de agua negra y grises. Dentro de nuestros planes a futuro se encuentra el uso de terrazas por la zona montañosa en la que nos encontramos”.
La educación alimentaria es una tarea de todos
“De la mano del Convivium Slow Food Tlaola KuKuk trabajamos para que nuestros productos tradicionales y nacionales sean vistos con dignidad, para resaltar los sabores de México y los que están en peligro de desaparecer. Es importante que las personas sepan que si adquieren productos relacionados a la filosofía Slow Food se vuelven compradores solidarios, coproductores, en el lenguaje Slow Food. Difundir y conocer la historia detrás de los productos permite que quien consume conozca a quienes apoya cuando adquiere producto con causa”.
Dalí Nolasco manifiesta que con su proyecto de vida buscan garantizar que las generaciones que vienen detrás, vislumbren que gracias al trabajo previo existen posibilidades de tener una vida buena, “sucede que los jóvenes de la zona quieren una carrera universitaria y no volver jamás a Tlaola. Nosotras decimos sí puedes irte, pero con cualquier carrera que estudies tienes la posibilidad de regresar y devolverle a la tierra un poco de lo mucho que ese terreno de vida te dio”.
Como en Mopampa también las socias tienen hijos hombres, se está considerando la posibilidad de incluirlos, “pero por el nivel de involucramiento con el proyecto para nosotras es importante que quienes lo continúen sean socios”.
En la actualidad Mopampa comercializa en ferias o expos con diferentes organismos, y distribuye los productos en tiendas de productos orgánicos, además se encuentran en constante búsqueda de puntos de venta. Como parte de las colaboraciones y de las redes que son generadas por Slow Food México la empresa de economía solidaria se encuentra estrenando una Slow Beer de colaboración entre Border Psycho Brewery y la Brü que lleva como nombre Chilipa.
Su objetivo para el periodo 2016-2018 es fortalecer la estrategia comercial de los productos Mopampa para poder transformarse en una empresa sustentable desde lo económico, lo productivo, lo social y lo educativo.
Para mayor información contactar la Oficina de Medios de Slow Food México
[email protected]
Twitter: @SlowFoodMex
Facebook: Slow Food México
Slow Food involucra a millones de personas dedicadas y apasionadas de alimentos Buenos, Limpios y Justos. Incluyendo chefs, cocineras tradicionales, jóvenes, activistas, agricultores, pescadores, expertos y académicos en 160 países; una red con 100,000 socios de Slow Food vinculados con 1,500 grupos locales (Convivium) a nivel mundial, contribuyen a través de una afiliación a Slow Food, además de organizar eventos y campañas; además de vincularse con más 2,400 Comunidades de Alimento Terra Madre que practican la producción de alimentos sustentable y de calidad a pequeña escala.