El maguey o metl en náhuatl, es el nombre común que reciben las plantas, originarias de sur américa, del género de Agave. Según algunos especialistas, su presencia en el sistema agrícola de milpa (la cultivación en co-asociación de maíz, frijoles y calabaza) en las tierras de mesoamericanas pre-Colombianas ha representado una estrategia de sobrevivencia tan importante cuanto la adopción de las practicas pastoricias para las civilizaciones antiguas de Asia, África y Europa. Además, esta planta milenaria ha tenido una gran importancia económica y cultural para numerosos pueblos indígenas y mestizos en México, ya que desde hace siglos el maguey ha sido aprovechado como fuente de alimento, bebida, medicina, combustible, forraje, ornato, fibras, abono, construcción, entre otros usos.
La evolución milenaria del maguey, con centro de origen en la región del altiplano Mexicano, permite que esta planta se adapte a zonas áridas y semiáridas. Esto debido a su particular metabolismo que le permite respirar y obtener agua por la noche, y a su vez en el día cerrar todos sus poros y evita la pérdida de agua por una capa cerosa. Tribus de cazadores y recolectores de hace más de siete mil años seleccionaban aquellas plantas que contenían mayor cantidad de azúcar para masticarlas.
Lamentablemente las diferentes variedades de maguey y el conocimiento tradicional de su aprovechamiento están desapareciendo rápidamente por diferentes factores socio-culturales y económicos, los cuales han desplazado los alimentos tradicionales y subproductos obtenidos del maguey por aquellos industrializados que son más económicos y accesibles.